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Ser tu mismo o ser popular?

Siempre ha existido una necesidad de ser aceptado. La aceptación de otros hacia ti es signo de aprobación. En la era de las cavernas podría significar la diferencia entre la vida y la muerte. Si un grupo no te aceptaba no compartiría comida, fuego, comida o defensa ante otras tribus o grupos.
Ser rechazado también significaba el colapso de las opotunidades de reproducción, tus genes morirían contigo.
Así se abre paso la necesidad de ser aceptado. Según la pirámide de Maslow, la aceptación de otros ocupa una parte muy importante en la satisfacción de necesidades. El sentirte aceptado es un elemento que estimula positivamente tu identidad y que señala que lo que haces es correcto o no según los valores locales y la estructura de paradigmas y creencias de ese grupo en cuestión.

Cuando vas creciendo, alcanzando la pubertad, tus hormonas salen a la luz y con ellas otras formas de buscar aceptación. Tu necesidad de reproducción aparece y todo va cambiando tanto aentro como afuera de ti. En esta etapa, la necesidad de ser aceptado toma matices muy particulares. Quieres mostrarte independiente ante otros, quieres probar los límites de tus poderes e independencia, y retas una y otra vez el "Statu quo" , vienen nuevas ideas, nuevos conceptos, y se abren ventanas de ideas y juegos no esperados hasta ahora.
El ser aceptado es una trampa, sobre todo en la actualidad donde se ha amplificado ilusoriamente esa necesidad a través de redes sociales. Haces una cosa nueva o graciosa y pum, de la noche a la mañana ganas popularidad en la red social donde subiste eso. En cuestión de horas eres una estrella mundial!
Y es por eso que muchas personas buscan eso pagando el precio de no ser ellos mismos.

Las redes sociales magnifican este fenómeno pero no es nuevo. Siempre ha habido gente que se esfuerza en ser buen bailarín, o cantar, tocar guitarra o hacer tonterías llamativas en la escuela. O que tal peinarse diferente o vestirse distinto?

En la paradoja de ser aceptado hay algo en juego que no siempre nos damos cuenta, nuestra autoestima. nuestro respeto a si mismos.

Sin importar como seas, a unos les va a gustar como eres y a otros no. Si eres serio habrá quien quiera convivir con gente seria, sienten calma, sienten que no los molestarás o que no te vas a burlar de ellos. La gente seria puede ser el punto de balance en los grupos de amigos o escolares. La gente seria también suele ser la que pone más atención en clase y por tanto comprenden mejor las explicaciones, tienen los mejores apuntes y con frecuencia son los que te ayudan en matemáticas. Si observas hay gente que busca convivencia con la gente calmada o seria.

La gente activa y dicharachera suele ser la fiesta de las charlas y fiestas, es el que pone risas y bromas aquí y allá. Por supuesto que son personas que tienen atractivo, suelen rodearse de amistades y compañeros. No hay mucho que decir de ellos, son llamativos y aceptados con facilidad.

Sin embargo, hay gente que no disfruta mucho estar con los dicharacheros, les parecen ruidosos e impertinentes.

Esto nos muestra algo que queremos observar. Tu eres como eres, y como eres está bien. En la era de las cavernas no ser aceptado podría significar pasara la noche bajo la lluvia o en riesgo de que te comiera una fiera. Ahora no es así.

El aspecto a cuidar es no caer en la trampa de ser un camaleón cambiante tan solo para darle gusto a los demás. Alterar como eres, dejar de ser tu mismo es en si misma una expresión de baja autoestima y también una manera de esconderte de ti mismo, es avergonzarte de ser como eres y pensar como piensas tan solo por conseguir unas migajas de aceptación y amor. Ser tu es expresar lo que eres, es mostrar tu calidad y tus cualidades. A menos que tu mismo pienses que está mal ser así no hay razón verdadera para esconderte.

Si eres intelectual pues se eso, a unos les va a gustar y a otros no. Pero los que gusten de ver eso en ti se acercarán y formarán contigo un intercambio de ideas sano y enriquecedor.
Si eres alegre y bailador pues se así. A unos les va a gustar y a otros no, de eso no vas a escaparte.
Si gustas del arte y la música pues se tu mismo, y ya sabes,a unos les va a gustar y a otros no. Deja que los demás decidan si quieren acercarse a ti o no, no puedes estar cambiando de apariencia y color a cada paso que das, es desgastante y autoflagelante. No puedes andar todo el tiempo renunciando a ti mismo y lo que tu quieres vivir por ser el tapete de otros. Y aún peor, el día que quieras ser tu mismo veraś que dejaste pasar muchos años y que lejos de hacerte feliz a ti mismo viviste para intentar hacer feliz a otros.
Y aquí viene otro elemento a notar. Tu cambias o escondes cosas de ti para darle gusto a otros, ellos son realmente felices con eso? O suben y bajan el tobogán de la insatisfacción?
No importa cuanto te esfuerces, no puedes lograr su felicidad, es algo interno, no viene de afuera.

Y mientras pagas el precio de estar atrayendo a gente que no es como realmente eres tu. Pagas muchos precios sin darte cuenta. Y el precio mayor es pisar tu autoestima al creer que como eres estás "mal", cuando en realidad tu eres como eres y así está bien.

El que quiera aceptarte como eres te aceptará y no te condicionará. El que no quiera aceptarte vivirá condicionándote y nunca te acepytará a ti, aceptará tu cascarón falso, tu disfraz a su modo.

Se tu mismo, vive y deja vivir.

 

 

 

El poder de una visión

Una de las primeras cosas a considerar para realizar cualquier cosa es definir una visión. Sin visión estás solo deambulando y tus esfuerzos no van dirigidos.

Esto es especialmente crítico cuando eres muy joven. Tu vida apenas empieza y debes ir definiendo el rumbo que tomará. Si no lo haces tu serás como una hoja al viento arrastrada por las circunstancias y las otras personas. Si no lo defines tu lo definirán otros por ti.